¿Qué pasa cuando juntás a 83 mujeres de 29 países diferentes?
Empecé en Lean In en 2020, justo antes de la pandemia, había visto una charla de Sheryl Sandberg y fue tal lo que me impactó que googleé y terminé conociendo a Dolores en un evento una semana antes del cierre pandémico.
Desde entonces trabajo en acompañar las comunicaciones del grupo, los correos, los mensajes. Leo mujeres acá preocupándose por causas, por situaciones, por movimientos. Pero no fue hasta que llegué a San Francisco este año que entendí el impacto de todo esto.
El evento estaba lleno de líderes Lean In de todas partes y acá había tres cosas que me impactaron:
1. Todas buscaban empoderar a las mujeres. Una piloto que vive en Kuwait contando cómo fue crear un círculo dentro del ejército de Estados Unidos y cómo es aún hoy tener que negociar y plantarse dentro de los estratos militares. Otra chica compartiendo cómo es la realidad de las mujeres y el deporte en Irlanda, otra de las madres profesionales en África y así. Todas compartiendo realidades tan diferentes y tan conmovedoras.
2. La empatía y la sororidad existen, te inundan y te llena de energía. Tres días alcanzaron para venir con más ideas para aplicar en Lean In Argentina y tres días donde pude ver que más allá del lenguaje y las costumbres contaba con hermanas en otros lados que podían apoyarme. No estaba sola, hay muchas más.
3. Lo que nos mueve es único y nos une. Estuve en una mesa con mujeres de Malasia, Japón, de Holanda, de México. Las sonrisas se multiplicaban, lo que cada uno vive y quiere para otras es lo mismo que ellas. En el fondo somos un mismo mar.
El primer día Sheryl nos invitó a su casa para presentar un nuevo programa de Lean In, Lean In Girls con la premisa de que si empezamos antes, vamos a tener más impacto.
“Hace diez años que se publicó el libro y aún así no han mejorado los números de las mujeres en los cargos TOP de las empresas” contó y lejos de desanimarnos, fue un llamado para seguir haciendo más, para acompañarnos mejor, para pararnos más firmes.
Personalmente fue una experiencia que no voy a olvidar, mi eterno agradecimiento a Dolo y a la organización por brindar estas oportunidades. Por abrir la ventana y saber que no compartimos la lengua, la comida o las costumbres pero sí estamos en la misma.
Mi compromiso y mi deseo están con Sheryl y con Lean In, por más mujeres sentándose en la mesa, por más mujeres haciéndonos cargo de nuestro deseo y de nuestro propio camino y por más comunidad que apoye, acompañe y te diga “dale, no estás sola”.
Marina Condó
Escritora, copywriter y coordinadora de comunicaciones para Lean In Argentina