por María Laura Casanova*
Había una vez un niñ@ que jugaba a ser doctor@, príncipe, heroína, policía, cantante, veterinari@…
Había una vez un cuento que empezaba en la montaña y recorría bosques, selvas, mares, alturas y hasta tinieblas.
Había un tiempo en que la imaginación y la creatividad me daban permiso para hacer, ser o vivir la historia que quisiera.
Con el correr de los años, nos olvidamos del juego creativo como canal de comunicación, de expresión y depositario de emociones. Nos conectamos con las obligaciones, las responsabilidades y deberes. Dimos paso al adulto y ocultamos al niño.
Los juegos teatrales, el psicodrama o la improvisación nos permiten volver a conectar con ese niño interior que nos da la libertad de ser.
Somos protagonistas de nuevas e inesperadas situaciones, actuamos en el juego del “como si”
¿Qué pasaría si de repente fuera un cantante famoso, o una viajera del espacio?
¿Qué conductas puedo desarrollar en esos personajes que me permitan liberar mis ansiedades o miedos?
¿Cuánto de mí puedo descubrir en el juego de ser otro?
Te cuento que mucho, porque en el espacio lúdico tenés la libertad de experimentar sin juicios, de escapar a tu mirada crítica, de reírte y sorprenderte de lo que podés decir o hacer frente a una situación dada, liberar tensiones, canalizar emociones, resignicar experiencias vividas y adaptarnos activamente a nuevos desafíos.
Desarrollamos nuestra escucha, atención, ingenio, aprendemos a usar más nuestra gestualidad y a detectar nuestros límites y nuestras nuevas posibilidades, porque al momento de actuar nos vamos despojando de capas protectoras que nos pusimos frente a la vida pero que dentro de un espacio de fantasía podemos desarticular.
Aceptamos nuestra propia mirada frente a la risa del otro, decimos lo que en nuestro cotidiano callaríamos, nos animamos porque jugamos.
La grupalidad del juego compartido nos contiene y potencia.
* María Laura Casanova, cocreadora de MIRCAS “espacio creativo para sentirse libres” (IG @soymircas), coach ICC, coordinadora grupal, psicodramatista y futura Psicóloga Social.