Hace un mes aprox. nos enteramos que Jacinda Arden renunció a su cargo como Primera Ministra de Nueva Zelanda.
Si bien la noticia fue muy sorpresiva ¡tenemos mucho por aprender de esta decisión sin dudas!
Jacinda se convirtió en la jefa de gobierno más joven del mundo cuando fue elegida Primera Ministra en 2017 a los 37 años. Su mandato como primera ministra concluirá a más tardar el 7 de febrero, pero continuará como diputada hasta las elecciones de este año.
“Me voy porque, con un rol tan privilegiado viene la responsabilidad: la responsabilidad de saber cuándo eres la persona adecuada para liderar y también cuándo no lo eres. Sé lo que requiere este trabajo. Y sé que ya no tengo suficiente en el tanque para hacerle justicia. Es así de simple”, dijo.
Agregó: “Espero dejar a los neozelandeses con la creencia de que pueden ser amables pero fuertes, empáticos pero decisivos, optimistas pero enfocados. Y que puedes ser tu propio tipo de líder, uno que sabe cuándo es el momento de irse”.
“Soy humana, los políticos son humanos. Damos todo lo que podemos durante el tiempo que podamos. Y entonces es el momento. Y para mí, es el momento”, dijo.
Y agregó: “estos han sido los cinco años y medio más gratificantes de mi vida. Pero también ha tenido sus desafíos: entre una agenda centrada en la vivienda, la pobreza infantil y el cambio climático, nos encontramos con un… evento de terrorismo interno, un gran desastre natural, una pandemia mundial y una crisis económica”.
Hay un tema importante también que me gustaría poner sobre la mesa y es el que plantea Amanda Hunter, directora de investigación y comunicaciones de la Barbara Lee Family Foundation (el cual estudia la representación femenina en la política) donde una vez más, las mujeres necesitamos demostrar el doble que los varones, sea cual fuere el ámbito en el que nos encontramos. Según una investigación de Hunter, las mujeres enfrentan estándares más altos que los hombres cuando están en el poder. Incluso, una vez que una mujer líder ha ganado una elección y ha comenzado a gobernar, los votantes no asumen que está haciendo un buen trabajo en su función: tiene que demostrar su capacidad una y otra vez.
Me gustaría terminar esta editorial con una frase de Jacint: cuando se le preguntó cómo le gustaría que los neozelandeses recordaran su liderazgo, Jacinta dijo “como alguien que siempre trató de ser amable“.
Qué gran ejemplo de humildad, dejando el ego de lado, admitiéndose como vulnerable, consciente de su gran responsabilidad y sabiendo cuándo bajarse.
Y nos dejó un gran legado, especialmente inspirándonos a que cada persona puede desarrollar su propio estilo de liderazgo y que se puede ser amable y fuerte a la vez, decisivo/a y empático/a, enfocados/as y optimistas a la vez!
¡Qué liderazgo tan humano y digno de admiración, gracias Jacinda!
Dolo ❤️
Dolores Cortés, Fundadora y Directora General de Lean In Argentina
dolorescortes@leaninargentina.org